Cerré los ojos y abrí el grifo de la imaginación. Dejé que mi cabeza se llenara de agua, que las olas empezaran a despertar mi mar interior, que el océano se apoderara de mi cabeza de espía entusiasmado… Salté con el impulso de las quimeras hasta Puerto Sueño. Tomé una barca, de las de marinero de costa. Como las de Dénia, de Cullera, de Altea… Me impregné las manos de salitre e hice de mi piel un pergamino quemado al sol para escribir sobre él mi historia. Una nueva historia. Cogí un cargamento de botellas, los aparejos y las redes, y un sombrero de paja para que la insolación de la imaginación no sobrecalentara mi cabeza y acabara naufragando en excesos fantasiosos. Y cuando la brisa empezó a soplar…
Un viento suave me fue empujando hasta más allá del horizonte. Al llegar al infinito di con mi ansiada isla. Se llama Pare Pere. “El secreto mejor guardado”, me advirtieron las sirenas. Un lugar en medio del mar de los días que escondía una taberna y, al tiempo, era un viaje. (Un local que regenta Concha Castillejo y que, para que nos entendamos, es como una casa de comidas de esas de antaño en la que cuando entras te imaginas que está la abuela de la familia en la cocina manteniendo viva la tradición). Una isla en pleno centro de Valencia (Conde Altea, 35) en la que nada más acceder a ella respiras a mar y cuando le das la mano al primo Carlos -pescador en Cullera, cocinero en el Pare Pere- te sientes marinero y lanzas las redes al océano imaginario en busca de sus secretos mejor guardados. En busca de…
los secretos del Mediterráneo
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LANZAMOS LAS REDES AL MAR IMAGINARIO Y….
PRIMERA CAPTURA:
Mejillones en escabeche. No. No era un bote de mejillones. ¡Eran de verdad! Mejillones en escabeche hechos por ellos mismos. Caseros. Suaves. Diría incluso que delicados… De esos –aunque esto quede entre nosotros- de coger después un trozo de pan y mojar. Maravillosos, la verdad.
Feliz. Lancé mi primera botella al mar…
→mensaje al agua: #EsParaTi. Para que todo el mundo se entere de la historia de la pequeña Alba y de que un grupo de cocineros se han unido para hacer el próximo 8 de diciembre una cena de los sentidos en La Rambleta que debe servir para que ella siga adelante con su tratamiento. Con su lucha por lograr ganar cada día la batalla. (Todos los detalles de la cena solidaria, al final 🙂 )
“Alba era una niña risueña y feliz hasta que una parada cardiorespiratoria, mientras esperaba un Samu en un ambulatorio, la sumió en la oscuridad. Sus días quedaron rotos y se llenaron de dolores y llantos continuos. No había nada que calmara a la pequeña, excepto los mimos de sus padres, Ana y Miguel, sus dos incondicionales ángeles de la guarda que aparcaron sus vidas para luchar con y por Alba (…)”.
El texto íntegro de Marina Costa en ‘Seis Ángeles para Alba’ (Las Provincias)
SEGUNDA CAPTURA:
Las croquetas de Concha. Son magistrales. A mí me encantan. Con un crujiente maravilloso que esconden ese interior meloso de las croquetas con regusto tradicional. De hecho, por culpa de unas 2.000 de estas croquetas, Concha acabó metida en esto de la hostelería. Una pasión que cada día le atrapa más…
→mensaje al agua: La unión hará la fuerza. Es algo muy redicho pero muy necesario. Un mensaje para todos los cocineros y que la gran mayoría de ellos revindica. Unión, cordialidad, colaboración…. ese es el camino para consolidar la cocina valenciana. “Juntos nos comemos a todos con patatas”, asegura una gran cocinera de estas tierras. A por ello. #gastrovalenciapower
TERCERA CAPTURA:
Bonito en conserva. Otro maravilloso chapuzón de realidad. El atún (en este caso el bonito) en conserva es cosa de ellos. Lo despiezan y lo trabajan y, como en este caso, te lo sirven con un delicioso tomate y unos cogollos que le da el toque definitivo de frescor a este plato (una vez más) lleno de tradición. Con un buen trozo de pan y esto, de caminito al cielo.
→mensaje al agua: Cocinemos la tranquilidad. Cogí otro pergamino y escribí un nuevo mensaje. En esto de la gastronomía hay a veces un exceso de dramatismo. Incluso diría que algo de crispación. Hay que relajarse y disfrutar de la comida. Sobran las sentencias y los negros o blancos… Lo importante en esto es disfrutar. Ya te lo he dicho alguna vez. 😆 SER FELIZ
CUARTA CAPTURA:
Revuelto de erizos. Otro plato de lágrima. Logran una melosidad extraordinaria que le da todo el protagonismo al erizo y se te eriza la piel. (Erizo que te eriza la piel… ¡que simpático estoy! ¿no? 😳 )
Orteguillas rebozadas…. y olé. Uno de esos bocados que te dan ganas de coger otra botella, escribir dentro un ¡GRACIAS! en mayúsculas y lanzarlo al mar. Que bueno!!!
→mensaje al agua. El Kilómetro Cero. Cada vez es más evidente y cada vez se ve en más cocinas el producto de la tierra, de casa, de los agricultores y pescadores y queseros y ganaderos y vinateros y aceiteros…. de aquí. Me cae la baba cuando veo el trabajo que hace gente como Hèctor Molina en la huerta; saber que Ricard Camarena se pelea por tener las mejores alcachofas de la zona, ir al Mercat Central y encontrarme con Bernd H. Knöller comprando un requesón que después me servirá con unos higos… O a Nazario Cano o a Enrique Medina y a tantos y tantos que apuestan por los productos de aquí… Ellos deben apostar por lo nuestro, pero los proveedores facilitar que así sea… ¡Mensaje al agua! (Arrozales de la Albufera, arroz de casa 😎 )
QUINTA CAPTURA
Gamba roja. Todos en pie. Brutal. Sí. No voy a decir nada más. Brutal. BRUTAL. BRUTAL.
→mensaje al agua: La cocina de la honestidad. Eso es lo más maravilloso… conseguir que se imponga como única ley la cocina de verdad, la honesta, la hecha con pasión y cariño, sin trampas ni cartón…. Que luego te pueda gustar más o menos, que un día se pueda quemar o no, que esté viva… pero que sea HONESTA como una gamba roja arrebatada a los dioses de la mar.
LA GRAN CAPTURA
Llauna de pescado de roca. Bueno y ahora sí. Siéntate conmigo y disfruta de este caldero o llauna, que es como lo llama Carlos, el primo Carlos. Un guiso que es la pura esencia de la cocina tradicional mediterránea. Como meterte en casa de unos pescadores y allí, al lado de un fuego, tomarse este plato marinero que te lleva de viaje a las raíces, a la esencia, a la verdad. Ese tipo de platos que te reconcilian con la vida, que te hacen volver a creer con las personas, que te hacen algo más feliz. Pescado de roca (rata, araña, galeras…) servido en lomos con una picada, un toque de nata para rebajar, un sin fin de aromas… Un festival maravilloso e inolvidable en el que cada trozo de patata que ha absorbido toda la esencia de este suquet es como un diamante en bruto. Una explosión de sabor, un canto marinero… una oda a las sirenas. Un ¡te quiero Carlos! 😆 Te diría que no tengo palabras, pero en verdad me sobran…
→mensaje al agua: Y tan feliz como estaba, me acordé de él. Y lancé una botella para el hombre que escribe un blog para comérselo con la esperanza de que al abrirla saliera de ella un abrazo sentido.
SUBIÓ LA DULCE MAREA…
y con ella llegaron entonces los dulces. Las olas seguían salpicando mi cara. Concha y su gente me trajeron un variado de sus pasteles… tarta de toffee, Guiness con mascarpone, chocolate con calabaza, strudel… Después de lo vivido, esto ya era como el estallido de la fiesta, como sacarte a bailar sobre la mesa. Tartas caseras, cada una con una personalidad y una magia. Me encantó la de toffee y plátano, pero la calabaza y chocolate es fascinante. Bueno, y el strudel… Vaya que este Pare Pere debería ser santo.
Cogí un libro de Mario Benedetti, Poesía con los Jóvenes, y lancé los versos que a su vez él había lanzado al mar. Y me emocioné …
Pongo estos seis versos en mi botella al mar Con el secreto designio de que algún día Llegue a una playa casi desierta Y un niño la encuentre y la destape Y en lugar de versos extraiga piedrecitas Y socorros y alertas y caracoles.
Mario Benedetti
Abrí los ojos y a través de ellos empezó a vaciarse de mi cabeza ese mar que había inundado mis pensamientos. Las olas llegaban hasta la orilla de la realidad y con ellas, algunas de esas botellas que envié. Se fueron abriendo y empezaron a salirde ellas (de las botellas) mariposas de mar (azules como su profundidad oceánica), sirenas del color de los camaleones que brillaban como el sol del atardecer, aromas a salitre y a gamba roja y a caldero del primo… y salieron las historias del Pare Pere y las canciones de los marineros, e historias de amor y velas al viento. Y banderas de pirata y besos y esperanzas….
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Y de vuelta a El País de las Gastrosofías me volví a acordar de ella. Que la mar viene y se va y que lo que hacemos hoy, mañana lo han borrado las olas. Y pensé que, al menos, lo que hagamos nos sirva a todos para ser un poco mejores. Y pensé en Alba y en esa cena en La Rambleta y en la gente que está trabajando -que lo sé muy bien- para que se llene de comensales y sea un éxito. Y Alba pueda seguir siendo un ángel sin alas. Un ángel que necesita tu abrazo. O quizá tú el suyo. ESTO-ES-POR-TI
La velada contará con grandes cocineros que, desinteresadamente, te servirán emociones emplatadas. Carito Lourenço, Joaquín Schmidt, Julio Colomer, Vicente Patiño, Germán Carrizo y Jorge de Andrés… (y panes de Jesús Machi). Puede ser simplemente fascinante… Para realizar reservas, colaboraciones o preguntas: sentidos@casitodoslosentidos.com. También puedes participar con la Fila O. La cuenta y el resto de la información, aquí: Cena de los sentidos por Alba. Por si sirve para algo, Gracias a todos!!
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→Te envío mi última botella. El domingo, en los INFORMES EMPAPELADOS DE MISTER COOKING, Historias Con Delantal en Las Provincias Papel, te traigo a una persona entrañable… UN MAESTRO 🙂
ÓSCAR TORRIJOS SE CONFIESA
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