El gran circo de la gastronomía | Historias con Delantal - Blogs lasprovincias.es >

Blogs

Jesús Trelis

Historias con Delantal

El gran circo de la gastronomía

El espía se metió en un charco
y cuando salió llevaba colgando
un circo extraño:
Queso, huevos, corbatas, 
un chef en el museo, 
un actor metido a cocinero,
el abrazo de La Mareta,
un niño pegado a una teta.
A una teta.

Micro Cuento by Mister Cooking

Confirmado, me he metido en un charco.
A ver por dónde salgo
.
 
QUE EMPIECE EL
ESPECTÁCULO

Me asomé a la venta a de mi ciudad con la esperanza de encontrar aire fresco. Estamos pasando un inicio del verano al baño maría, le solté a mi cucu que, extenuado por los calores, me cantaba que eran las 9 de la noche. Las farolas del País de la Gastrosofías se encendían tímidas, las chimeneas de las cocinas dejaban correr los humos liberando nuevos  sueños culinarios y las calles se llenaban de aromas -curry, albahaca, fondos de caldo, quizás pan tostado-. La cena despertaba y, con ella, la magia entre platos. Cucu, cucu, cucu…

“Esto de la gastronomía es todo un mundo; bajo su paraguas dicharachero cabe todo; ¿y sabes? creo que además debe haber de todo; lo contrario sería una farsa“, fui divagando, creo que conversando, con mi cucu. En el fondo, él es el mejor apoyo cuando llegan las soledades. Su canto me marca el paso de los silencios y llena de ternura mis pensamientos escritos en solitario. Quizá eran sueños. Ya sabes: un circo, unos barcos de papel… esas cosas que me suceden.

Asomado en la ventana, me di cuenta que todo pasa por ella, por la Gastronomía. Desde que nos agarramos a la teta cuando el mundo nos saluda entre brazos de mamá, hasta que dejamos caer un suspiro sobre el último plato de la vida. Un beso tras la cena, una orgía bajo la mesa, un asesinato entre copas, una firma de un contrato con aroma a kokotxas, unos versos de Neruda recitados tras la paella, una confesión inconfesable cuando el cava empujaba las ostras hacia el olvido, una muerte súbita ante un tartar de atún -Oh toro!- que se acabará un comensal a escondidas, porque a rey muerto, rey puesto.

BIENVENIDOS

al País de la Gastrosofía

    Seguir a Míster Cooking

PRIMER ACTO. LA MEMORIA PUSO UN HUEVO

Me abrí una sidra. Saqué unos quesos de la nevera. Me acordé una vez más de mis amigos. Queseros, artesanos, buena gente. “Bendita fauna que hace un poquito más hermoso el circo de la gastronomía“, le dije a mi cucu mientras me recolocaba en la ventana dispuesto a lanzar mi particular mirada indiscreta a la ciudad. Suspiré de nuevo por el azul -el queso- de Ramón Lizeaga,  por el madurado de Rubén Valbuena (Granja Cantagrullas), por el fresco de la Jarradilla, por los quesos de La Rueda del Cabriel, del gran José Luis… “Soy un tipo repetitivo“, le dije a mi cucú que me cantó que ya eran las 10, como si fuera el mismísimo Sabina.

“…y desnudos al amanecer nos encontró la Luna”



Pensando en quesos, di un bocado a un comté y un sorbo a mi vaso de sidra. No me preguntes por qué, pero se me puso la piel de gallina. Canté quiquiriquí… y mi memoria puso un huevo. Como los de El Poblet.  “¿Qué fue antes…?”, me sonreí observando mi recuerdo. El huevo.  Dichosos huevos. Otra maravilla de la que Quique Dacosta ha sido capaz de sacar oro. Huevos de oro.

Foto perteneciente a Quique Dacosta

Los huevos fritos son una bendición (que se lo digan al gran Lucio); la tortilla a la francesa, el recurso más preciado de la mami cuando no sabe qué hacer de cena y , ¡qué decir de la tortilla de patatas que es a la cocina como el Taj Mahal para la Humanidad! Recordé la del Bar La Alambra, de la que siempre se habla en esta ciudad. “¡Póngame otro pincho pero ahora con cebolla¡“, exclamaba agarrado a su barra cuando por primera vez visité tan peculiar cervecería. (La tortilla de patatas perfecta. Aquí ya era un espía algo chalado, a tenor del trailer que monté…)

 


 SEGUNDO ACTO. LA CORBATA DE SU MAJESTAD

Imaginé, hablando de huevos, que en el mismo instante en el que yo perpetraba (te escribía) estas locuras, el gran Didier Fertilati -su majestad de la sala- estaría sirviendo en el templo de Quique Dacosta uno de esos platos que tanto me emocionan. Me encandilan: huevo entre cenizas. Un fábula en cofre.

Pensé que Diddier es una suerte para esta tierra porque prestigia el trabajo en la sala. Parte fundamental de cualquier restaurante. Como lo hace el gran Javier Andrés, artista de la hostelería de los que encandila. Atrapa. Un tipo que fascina. La sala, sí. ¡Qué maravilla! Un claro ejemplo de que la gastronomía es mucho más que lo que se cuece en una cocina.

Foto de Irene Marsilla

He de confesar que pensando con esto, me acordé de que cada día, cada mediodía, me arranca una sonrisa, una reflexión, unos pensamientos, el gran Didier. Sí, pasa cuando veo que nos muestra su corbata. Y con él, su alma. El luto entre estrellas por Juli Soler, un toque vintage, una llena de colorido para alegrar una jornada cualquiera. Su alma anundada al cuello. GRANDE. (Perdona mi osadía, una vez más 🙄 ).

 ♥

TERCER ACTO. UN CHEF EN EL MUSEO

El señor de la sala forma parte del paisaje del Restaurante de Quique Dacosta en Dénia. Y, por tanto, de los paisajes del chef más laureado de estas tierras. Esos paisajes llenos de historia, de vivencias, de armonías y experiencias, que han ido escribiendo su vida y dando forma a su cocina. Esos que llenarán una exposición en el MuVIM que tengo claro que te emocionará, te atrapará, te hará volar. Yo pienso ir  con mi delantal y viajar. Atravesar las salas, deambular por cada vericueto en busca de su magia. Sus paisajes. Disfrutar como el que más. Tanto que ya ando ansioso con la cuenta atrás. Y a él, le debe pasar igual. (Me dicen que esta semana, por el museo andaba… ultimando el gran momento. Igual hay hasta nervios).

(Aquí te dejo un enlace con todos los detalles de la muestra. Quique Dacosta Paisatges Transformats. Y al chef entregado a la aventura. Esto también es Gastronomía. Parte de ella. La foto es de José Cuellar/ MuVIM. Fantástica. La cita, a partir del 22 de julio.)

 CUARTO ACTO EL TESORO DE  RUZUFA

La gastronomía se ha convertido en algo así como una gran ciudad repleta de calles, callejas y grandes avenidas por las que ocurre de todo. Y tiene cabida todo. Un museo en el que la cocina se hace arte (Muvim), una taberna en la que la tradición cada día renace (Casa Montaña), un local que huele a engaño (de esos que quieren ser y no lo son, pero que por mí que estén), un cuento convertido en café (como el Tortoni en Buenos Aires), un sueño reinventado entre fogones, un fracaso que cerró, una estrella que nació entre caldos….Un tesoro escondido que te puede aparecer por cualquier lado.

Quizá el nuevo proyecto de Josep Quintana pueda acabar en ello. En el tesoro mejor guardado. Su Mareta, La Mareta, de momento rueda, se revoluciona, se emociona, va tomando brío. El brío que necesita un cocinero y quien con él va para que entre fogones brote la ilusión por cocinar.

Esta semana estuve  allí. Y vi a Josep reinventándose. El local es sencillo, sin pretensiones. Pensado para reencontrarse con la cocina y disfrutar de ella.“Quiero dejar de ser un escadallo“, me exclamó, me enfatiz,ó el día que le entrevisté para mis reportajes en papel. Pinta bien la cosa…

Probé tres entrantes, un arroz y un postre. Es cierto que sorprenden sus platos porque en cada uno de ellos se ven un baile con multitud de protagonistas y te desconcierta. “¿Todos estos ingredientes podrán bailar al mismo son siendo cada uno de una madre?“, me pregunté al observarlos. Y sí. Ofrecieron un buen espectáculo. Buenos platos, gran resultado. Con sus matices, seguro, pero ricos, con chispa, divertidos. Muy Quintana. Personales. Y eso es lo que manda. Personales. Que en todos veas el rostro del autor.

•Un sopa fría en la que nadaban canónigos, almendras, requesón, calabacín, bolas de sandía y un capellà torrat que le daba todo. 

•Un plato divertido en el que sobre el escenario brillaban a radiar la burrata, su remolacha encurtida, los germinados, el pesto, un minibikini de albahaca y, ¡oh siempre fantástica!, sardina de bota. (Me gusto mucho)


•Un bizcocho salado de aceituna kalamata con escabeche de mero, gelatina de mezclum y tomate valenciano. (Con el escabeche, es teniente general).

Lo más interesante de todo era que, en cada escena, en cada representación, Josep te conecta con el alma del Mercat de Russafa, justo al lado de La Mareta. El mercado convertido en su nuevo jefe, como a él le gusta decir. Y lo olvidaba, de aplauso su maravilloso arroz con setas de verano y presa. Sabor con pasión. Debo repetir. Precio/Calidad, para triunfar. El tiempo dirá. (Menú del mediodía: 14,95 euros).

 

 ♠

 QUINTO ACTO EL CUSCÚS DEL ÁNGEL 

Te decía que la ciudad de la Gastrosofía está repleta de sorpresas. De pronto paseas por ella y te encuentras ante un lugar llamado Les Nits.  Te cuelas -en mi caso invitado por NILS Comunicaciones- y descubres que dentro está cocinando un actor de comedia. 

Un actor que me arrancó un buen número de sonrisas cuando aún Mister Cooking tenía pelo en la cabezota y un nervio incontrolable, propio de la juventud, en el estómango. “Mariposas, esos se llaman maripososas“, me soltó de pronto el cucu cantándome las 11. O quizá ya eran las 12. Medianoche. Qué se yo…

Retomo la narración. Allí, en Les Nitsahora regentado por Teresa Camacho y Gloria Anadon; un restaurante que apuesta por la cocina mediterránea y que acaba de iniciar una nueva andadura-, estaba a aquel Ángel Garó que me arrancó sonrisas post-adolescentes batallando con un cuscús-royal. “Tiene un restaurante -museo en Málaga”, me aclaró Josep Lozano.

 

 

Aprovechando que Ángel está actuando en el Teatro Talía (hasta el domingo 19) ofreció una comida a un puñado de amigos, periodistas y otros espías. Y allí saboreé sus zanahorias, sus cuscús royal  y sus pestiños. Una propuesta tan particular como impregnada de ilusión que se presentó ante mí como algo distinto, diferente, divertido. Aquel Garó del ‘Un, Dos Tres, ahora con el delantal cocinando ingenio, viviendo su nuevo tiempo.

 

Hubo chistes, un Ángel encantador departiendo, confesiones sobre el mantel y algún que otro momento entrañable para mi álbum de los recuerdos. Era la demostración de que la Gastronomía es mucho más. Que es una ciudad viva,  trepidante, donde lo importante, ya te dije, es pasearte por sus calles y disfrutar. Sin más. Con Libertad.

ÚLTIMO ACTO EL CIRCO DE LAS CUCHARAS

Sí,la ciudad de la Gastrosofía está hecha para dejarse llevar. No busques  buenos y malos, que ellos ya  te saldrán por el camino. No busques si el que te escribe de lo que en ella se cuece es un sabio o un resabiado, un experto o un novato, sólo busca que te aporte. Y seguro que todos aportan. La gastronomía es todo y todo debe estar en ella. Lo contrario sería una farsa, un teatro. La excelencia sólo existe si debajo hay aspirantes, soñadores e, incluso, fracasados y detractores. La gastronomía es, sin más, la vida.  Un calco de la vida. Todo fluye por ella.

VIDA
TE DECÍA
esperanza
futuro
ella
 
 
 
 

Seguir a Míster Cooking

El actor se mete en la cocina, el cocinero escribe poesía, el escritor se hace espía y habla de gastronomía. La gastronomía se convierte en filosofía. Y la filosofía, en pensamiento. Y el pensamiento vuela como vuelan los recuerdos. Y los recueros se acaban diluyendo y pasan a ser poso de la memoria. Y la memoria se tiñe de sepia, de amarillo antaño, de pasado. Y el pasado te despierta en mitad de la noche entre añoranzas de niñez. Y la niñez te habla del arroz de la abuela, de las galletas con chocolate, de los cheiws de canela, de la regaliz negra que comprabas a aquel señor que esperaba en  la puerta de la escuela con su carromato repleto de golosinas y un puñado de globos coronando la carretilla. Globos verdes, rojos, amarillos… que eran  para un niño como las extremidades de una fantasía.  Esta fantasía con delantal.

Quesos, huevos, corbatas. Un chef en el museo, un artista en la cocina, el abrazo de La Mareta, un niño pegado a la teta.

 
la VIDA,
TE DECÍA
son 4 minutos
 

…y el cucú marcó las 2, o quizás eran las 3.

 


 

Cuentos con patatas, recetas al tutún y otras gastrosofías

Sobre el autor

Soy un contador de historias. Un cocinero de palabras que vengo a cocer pasiones, aliñar emociones y desvelarte los secretos de los magos de nuestra cocina. Bajo la piel del superagente Cooking, un espía atolondrado y afincado en el País de las Gastrosofías, te invito a subirte a este delantal para sobrevolar fábulas culinarias y descubrir que la esencia de los días se esconde en la sal de la vida.


julio 2015
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031