Mientras afilaba los lápices, Talking Heads sonaba en el refugio del cocinero anacoreta. «Es en homenaje a mi amigo Joan Verdú». El artista, que acaba de partir, diseñó la gallina ArtCrem que identifica a su restaurante. Joaquín vestía de negro. Una camiseta con mensaje: «No sigo el guión»
1- JOAQUÍN SCHMIDT. FUERA DE GUIÓN.
Saldrías corriendo… Por la situación política.
¿Cómo son tus calcetines? Negros, siempre negros.
¿A quién le darías un puntapié? A Rajoy.
¿Te pondrías zapatos de tacón? No me importaría nada.
Escribe una palabra. ‘Ne Me Quitte Pas’.
La muñeca. Está desnuda. No llevo reloj. No me interesa el tiempo para nada. Me condiciona lo mínimo. No tener conciencia del tiempo es maravilloso.
La muñeca de otro ante el filo de un cuchillo. Horror. Me da pavor.
Reparte caricias. A cualquier persona a la que le tengo cariño o amor. Y a determinados alimentos. Incluso, a un cuadro, a una silla, a un mantel limpio. Hay muchas cosas a las que acariciar. Pelar una mandarina me flipa… La sensación de tacto es muy importante para mí…
Movemos los brazos y volamos. ¿A dónde vas? Al espacio. Lejos.
Bajas pasiones. Tu amor platónico. El cocinero Abraham García (Rte. Viridiana). Es posiblemente, junto a Ferran Adrià, desde luego, la persona que más me ha aportado. Lo siento como un hermano. Para mí, es una referencia. Tiene alma… tiene alma.
Más pasiones. ¿Qué te hace enloquecer? Una buena canción, una buena comida… Cosas que transmitan agrado.
¿Fresas con chocolate u ostras con champán? Por una cuestión de alergias, fresas con chocolate.
Un plato tuyo que apasione a tus clientes. Me quedo más con la forma de cocinar. Me dijeron el otro día que lo peculiar de mi restaurante es que te lo comes todo y te gusta todo. Creo que es la armonía. No sé si decir alma es demasiado pretencioso.
Una película pasional. Tengo muchas… ‘El Banquete de Babette’, ‘El último tango en París’, ‘El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante’…
Una canción para sacar a alguien a bailar. ‘La vie en rose’ de Edith Piaf ¿Has cocinado desnudo? Pues no… no es mala idea.
¿Con pijama o sin él? Sin, me incomoda mucho las camisetas.
El beso de tu vida. Muchos…
Tus últimas lágrimas. Por Joan (Verdú, íntimo amigo; acaba de fallecer).
¿A quién o qué odias? Odio la ignorancia, porque no tiene solución.
Lo que más aprecias. La amistad. Y que sea buena persona.
Lo más repugnante. Cómo funcionamos. Que no aprovechemos la parte humana que tenemos. Lo más hermoso. Cocinar todos los días.
¿A qué sabe un corazón? Sabe a todo. El alma no… el corazón es más palpable.
Un malvado. El que creó las cadenas de comida basura.
El corazón más grande. Precisamente el de la gente que menos tiene. Es la más generosa.
Los últimos versos que te han cautivado. Estellés siempre me ha gustado mucho.
Lo que hiciste por amor. Venirme a Valencia por Begoña, mi mujer. Lo dejé todo en Madrid. Fue una historia de amor superchula. Juntos tuvimos a Julia. Hace ya veinticinco años.
¿Pierdes la cabeza? Creo que nunca he sido cuerdo. No me gustaría serlo. Hay épocas que estás más con lo establecido y te das cuenta que tener ese punto de locura es bueno para la salud. Es necesario.
Pierce define Hábito como grillete de los libres. Lo comparto. Tiene razón.
¿Qué piensa un violín? A ver quién me va a tocar.
¿Qué pensabas de niño? Que quería ser cocinero. Con diez años ya mataba pollos y los cocinaba. Lo mío es vocacional.
Un pensamiento ridículo. Cada vez me importa me nos hacerlo. He sido muy tímido siempre, pero ya me da igual. Hacer el ridículo forma parte de nosotros.
Cierra los ojos, ¿qué ves? Ahora a Joan. Hay personas de mi vida que ya no están y que necesito digerir.
Los abres…. Pienso lo mismo.
Alimenta los pensamientos de alguien. Con el silencio, aquí, nos estaríamos alimentando. Con música, también.
«Volar a la velocidad de la luz/ y volver a cada rincón de los tiempos vividos”. Dos versos de Xoel López. Me identifico. Me gusta.
El poema se titula: ‘Un mundo maravillosamente imperfecto’. Lo comparto. Si me preguntan cómo estoy, digo que bien. Pero no soy tonto.
LA PREGUNTA QUE RECHAZÓ
LA PREGUNTA QUE SE HUBIESE HECHO
«Me considero sentimental –las cosas me llegan– y creo que soy buena persona. O es lo que hemos intentado fomentar en casa: que la base de todo es ser buena persona, aunque hagas lo que hagas siempre perjudicas a alguien. Me encanta lo que hago, me gusta mucho. Me sirve para estar equilibrado. Sé que me pierdo cosas ahí fuera, pero no me puedo diversificar, ni quiero. Cada vez me incomoda más la gente. Me gusta la que me conoce, próxima, que no me produce situaciones incómodas. Me gusta estar en mi entorno y no me gusta demasiado salir de aquí (de su restaurante para pocos); pero cuando salgo, salgo. Se lo que hago y cuáles son mis defectos. Creo que soy un poco extraterrestre, pero con los pies en el suelo». Su gran éxito, dice, es no llenar. Éste es su AUTOREPLATO.
-¿Si fueras un animal marino?