La acción de ‘Los archivos del Pentágono‘ se desarrolla en los Estados Unidos de los años 70, pero bien podría haber estado situada en la América de Trump. Steven Spielberg firma una de sus cintas más comprometidas políticamente.
[learn_more caption=”Los archivos del Pentágono”] Título original: The Post 2017. Duración: 116 minutos. País: Estados Unidos. Dirección: Steven Spielberg. Guion: Liz Hannah y Josh Singer. Música: John Williams. Fotografía: Janusz Kaminski. Reparto: Meryl Streep, Tom Hanks, Bruce Greenwood, Bob Odenkirk, Tracy Letts, Sarah Paulson, Matthew Rhys, Alison Brie, Bradley Whitford. Productora: Amblin Entertainment, DreamWorks SKG, Pascal Pictures, Participant Media.[/learn_more]
Spielberg ya había firmado películas políticamente comprometidas. En ‘El color púrpura‘ abordó temas como la violencia de género o el racismo. Con ‘La lista de Schindler‘ se acercó al holocausto, mientras que ‘Munich‘ le ganó las críticas de Israel por cuestionar la política del ‘ojo por ojo, diente por diente’. Pero en ninguna de ellas mostró el nivel de compromiso que con ‘Los archivos del Pentágono‘.
El director norteamericano se acerca a uno de los hitos en la lucha por la defensa del derecho a la libertad de expresión. A principios de la década de los 70 ‘The New York Times’ empezó a publicar los conocidos como ‘archivos del pentágono’, un análisis de la política norteamericana sobre Vietnam desde la época de Harry Truman que estaba clasificado como top secret. La Casa Blanca acudió a los tribunales en un intento de frenar la publicación de estos documientos. La película se centra en el papel que jugó el ‘Washington Post’, que también consiguió esta documentación, y en el dilema al que se enfrentaron su propietaria, Katherine Graham, y su director, Ben Bradlee.
La mano maestra de Spielberg convierte una historia sobre un tema de tanto calado como la lucha por la libertad de expresión en un auténtico thriller. Con una factura plenamente clásica, el Rey Midas de Hollywood muestra que es un digno heredero de grandes como John Ford o Howard Hawks. Sin histrionismos formales al estilo de los intentos preciosistas de Joe Wright en ‘El instante más oscuro‘, firma una obra a la altura de predecesoras como ‘Todos los hombres del presidente‘ o ‘Primera Plana‘ y, desde luego, muy superior a las recientes ‘Spotlight‘ o ‘Buenas noches y buena suerte‘.
Prácticamente toda la película es puro cine. Las imágenes y las palabras se integran en un todo casi perfecto. Algunos diálogos son soberbios y Spielberg sabe qué hacer con la camara para encontrar el ángulo perfecto para reforzarlos, mientras que hay escenas donde lo que sobran son las palabras y el cineasta sabe llenar los huecos y convertir en realidad el aforismo de que una imagen vale más que mil palabras.
Y, por encima de todo, la película es una defensa del periodismo y del papel que juega en una democracia: el control del poder. En su esencia, tiene el deber de trasladar al público lo necesario para que pueda ejercer su derecho a votar en libertad y plenamente informado. Es un elemento fundamental de todo sistema de libertades sin el que este no podría existir. Esa es la verdadera cuestión que subyace en el penúltimo trabajo de Spielberg por encima de cualquier moralina o situación coyuntural.
A todo ello conjugan la magnífica fotografía de Janusz Kaminski, la banda sonora de John Williams, que huye de todo efectismo y no hace más que reforzar la narración, o la sobresaliente interpretación de una Meryl Streep llena de matices que muestra las dificultades a las que se tuvo que enfrentar Graham (desde ser una mujer en un mundo de hombres hasta perder fortuna y posición social). Tom Hanks se encuentra a la altura de su partenaire con una caracterización espléndida de Ben Bradlee. El resto del elenco actoral brilla también con varios secundarios de lujo (Bradley Whitford, Allison Brie o Bruce Greenwood).
¿Por qué Spielberg no competirá en los Oscar? La Academia ha vuelto a dejar de lado la película en detrimento de otras más cuestionables. Un nuevo feo que no hace más que cuestionar los criterios de selección de las películas que compiten por la estatuilla de oro. Los desencuentros comenzaron con ‘El color púrpura‘ en 1985 y se han ido agrandando con el paso del tiempo. Hay que recordar el ninguneo de la Academia a grandes figuras como Alfred Hitchcok, Paul Newman o Charles Chaplin.