LOS INVITADOS DE LA PRINCESA
Fernando Savater
Espasa
20 euros
Un periodista, Xabi Mendía, se desplaza hasta Santa Clara, país ficticio del Caribe, donde se celebra un evento, el Festín de la Cultura, durante el cual Mendía conocerá a conferenciantes e invitados al congreso mientras se celebran las sesiones y se espera a que se reabra el aeropuerto de la isla, cerrado a causa de la erupción de un volcán.
VALORACIÓN: Fernando Savater es un articulista muy interesante, en algunos momentos, brillante. Base teórica no le falta; vivencias y aficiones, tampoco. Su capacidad para generar una ficción atractiva es más discutible. En esta novela, uno de sus personajes señala (pág. 104): “La ciencia describe y explica la realidad, pero la literatura expresa lo que supone para nosotros formar parte de esa realidad” (…) “recuerden el consejo que dio Mallarmé al joven poeta: nunca preguntes qué es, sólo qué significa”. Ese plano simbólico, en esta historia queda muy por debajo de esa capacidad descriptiva y analítica de Savater. El libro se estructura como la narración de las aventuras (nada del otro mundo, por otra parte) del tal Mendía, y en función de quién se va encontrando, se intercalan otras historias que nada tienen que ver con el hilo de la historia principal y que van desde la novela detectivesca a los problemas de criar a una adolescente. El resultado es difícil. Cuesta terminar el libro porque la trama ni fluye ni mucho menos mejora con el paso de las páginas. La continua aparición de reflexiones (la sobrevalorada gastronomía, el terrorismo, el paripé de los congresos, la filosofía, la crítica literaria…) mediante la fórmula de los diálogos entre los personajes recuerda a los clásicos de filosofía, pero no les hace justicia. Algunas referencias son brillantes, pero no justifican el conjunto. Otro personaje (ninguno de los que aparecen y desaparecen en la novela tienen demasiado sentido) explica (pág. 234): “Para no leer un libro, cualquier libro, basta y sobra una sola razón: la existencia de todos los demás”. No es que esta novela sea la peor de las escritas, pero los segundos divertidos que ofrece su lectura se pagan con horas muy pesadas.
BURGUERA