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Juan Sanchis

La película de la semana

Parejas de cine

-Slim (Bacall) a Steve (Bogart) : OK. Sabes que no tienes que actuar conmigo, Steve. No tienes que decir nada ni hacer nada. En absoluto. ¡Oh! Si te parece silba. ¿Sabes cómo se silba, no, Steve? Simplemente pon los labios juntos, hacia afuera, y sopla.

(Tener y no tener, 1944)

 

Hollywood tiene su propia mitología con sus héroes, que en muchos casos, como Penélope y Ulises, son parejas que han forjado su propia leyenda. Algunas de ellas alcanzaron este estatus con una única película. Otras se fueron consolidando a lo largo de varias producciones. Pero todas ellas forman parte ya del imaginario popular. En este post sólo aparecen algunas, las que más me gustan. Todas pertenecen a la época dorada del cine (entre los años 30 y 60) en los que como dice José Luis Garci, se concentró tal cantidad de talento cinematográfico como nunca se ha vuelto a ver. Estas son mis preferidas.

 

Lauren Bacall y Humphrey Bogart

 

Quizá no sea la mejor de las parejas que han pasado por la historia del cine, pero es mi preferida. La compenetración de Bogart y Bacall fue perfecta. Juntos hicieron cuatro películas, todas obras maestras: Tener y no tener (1944); ‘El sueño eterno(1946), ‘La senda tenebrosa (1947) y ‘Cayo Largo‘ (1948), todas ellas del género negro. En dos ocasiones fueron dirigidos por Howard Hawks. mientras que John Huston y Delmer Daves dirigieron sus dos últimos films.

Su primera aparición juntos fue en ‘Tener y no tener’. Bacall fue recomendada por la mujer de Hawks tras verla en la portada de Harper’s Bazaar.  Tenía 19 años y era su primera gran película. No sólo no se amilanó sino que llegó a estar a la altura de Bogart y, en algunos momentos, le llegó a robar algunos planos. Aquí ambos se enamoraron y se casaron un año después. Cuando iban a rodar su quinta película Bogart contrajo el cáncer que le llevaría a la tumba. Pero nos dejaron momentos impagables. Creo que estas cuatro películas merecen el esfuerzo de verse en versión original. Los dos protagonistas tienen una voz muy grave y característica que crean un ambiente especial, como si vivieran en su propio mundo.



 

Después de ‘Tener y no tener‘ llegó ‘El sueño eterno‘. Bogart, después de interpretar el papel de Sam Spade (uno de los grandes personajes de la novela negra americana), se atrevió con Philip Marlowe, el investigador surgido de la pluma de Raymond Chandler. También digidos por Howard Hawks, Bacall y Bogart vuelven a derrochar química sobre la pantalla en una de las obras cumbres del cine negro. Su tercer trabajo fue ‘La senda tenebrosa‘, de Delmer Daves. Por último, Bacall y Bogat protagonizaron ‘Cayo Largo‘, dirigida por John Huston. La película se desarrolla en una casa de Florida en pleno huracán donde sus habitantes son secuestrados por una banda de gángsters liderados por un magnífico Edward G. Robinson. Otra obra maestra del género negro.

 

 

Spencer Tracy y Katherine Hepburn

 

Es prácticamente unánime la opinión de que la pareja con más química ha sido la compuesta por Spencer Tracy y Katherine Hepburn. Al margen de su colaboración profesional hasta la muerte de Tracy mantuvieron una relación un tanto peculiar durante 27 años. Él estaba casado y nunca se quiso divorciar. Juntos hicieron nueve películas, cinco de ellas, comedias: ‘La mujer del año‘ (1942), ‘La costilla de Adán‘ (1949), ‘La impetuosa‘ (1952), ‘Su otra esposa’ (1957) y diez años más tarde ‘Adivina quién viene esta noche‘ (1967). Además de estas películas centradas básicamente en la guerra de sexos, pero también trabajaron juntos encintas de distinta temática: ‘El estado de la unión‘ (1948), ‘Mar de hierba‘ (1947), melodrama de Elia Kazan con ambiente ganadero, ‘La llama sagrada‘ (1942) de George Cukor y ‘Sin amor‘ (1945) son prueba de ello.

Ambos eran dos maestros de la interpretación. La rivalidad entre ellos acentuada por los guinistas se convertía en el verdaero motor del film. Los diálogos eran mordaces. Pero su buen hacer hacía que una sola imagen valiera más que mil palabras, como en la escena de la’ Bella Amanda’ de ‘La costilla de Adán’.

 


 

 

Ginger Rogers y Fred Astaire

 

Dentro del cine musical se puede considerar que existe un antes y un después de las películas protagonizadas por esta pareja. Juntos hicieron soñar y evadirse a millones de norteamericanos inmersos en la depresión. Los inmensos escenarios blancos y negros con multitud de bailarinas subiendo y bajando por grandes escaleras fueron impuestos por Astaire y durante unos años se convirtieron en una seña de identidad de los musicales de la Metro Goldwin Mayer, los mejores en aquella época.

Volando a Río‘ (1933) es la primera de las diez colaboraciones entre ambos. Sin duda, Fred Astaire es mucho mejor bailarín que Rogers pero ella se convirtió en la compañera perfecta. En esta primera cinta juntos ya se puede apreciar la que se convertirá en la característica que les define: las continuas vueltas quebradas de Ginger Rogers.

A continuación filmaron ‘La alegre divorciada‘. En ella aparece ‘The Continental’, uno de los bailes más famosos de la historia de Hollywood.

 

 

A estos títulos le siguieron ‘Roberta‘ (1935) En esta película aparece uno de los bailes más clásicos y románticos de Astaire y Rogers ‘Smoke gets in your eyes’.La siguiente película fue ‘Sombrero de copa‘ (1935) en la que suena la famosa ‘Cheek to cheek’, canción que se convirtió en el éxito musical número uno del año. Luego rodaronSigamos la flota‘’ (1936); ‘En alas de la danza’ (1936), dirigida por George Stevens; y Ritmo loco’ (1937). La serie se cerró con ‘Amanda’ (1938), y ‘La historia de Irene Castle’ (1939). Posteriormente  y tras una larga etapa sin colaborar, el reencuentro se produjo en ‘Vuelve a mí’ (1949), donde Ginger fue la elegida para sustituir a la malograda Judy Garland.

Fueron pareja, pero en ninguna de sus películas se les llega a ver besándose. El esquema de sus producciones siempre fueron sencillos pero efectivos. Bailarín conoce a bailarina, pasan por una serie de incidencias y acaba con el siempre final feliz. Los films vienen reforzados por momentos cómicos protagonizados por excelentes actores secundarios.

 

Katherine Hepburn y Cary Grant

 

Sólo coincidieron en cuatro películas pero dejaron huella. La figura rebelde, indomable, enérgica de Hepburn se contraponía a la perfección a Cary Grant, con su estilo cínico, divertido, socarrón. Su primer trabajo fue ‘La gran aventura de Sylvia‘ (1935) . Hepburn ya era una estrella mientras que Grant era un actor en alza perfeccionando el papel que luego representaría con tanto éxito. Una película poco conocida dirigida por George Cukor, el director preferido por Hepburn, que cuenta las peripecias de un grupo de estafadores.

Volvieron a coincidir en 1938 en ‘Vive como quieras‘, también dirigida por Cukor. Pero yo prefiero ‘La fiera de mi niña‘ (1938), donde su sincronía es máxima. En esta ocasión dirigidos por Howard Hawks consiguen una de las mejores ‘screwball comedy’ jamás rodadas. Con diálogos excelentes, gags continuos, confusiones sin cuento y un ritmo desenfrenado logran una auténtica obra maestra. La sucesión de escenas cómicas es continua, varias de ellas protagonizadas por el principal actor secundario: el leopardo.

 

 

La última colaboración de los dos actores también fue dirigida por George Cukor. Se trata de una comedia ‘high society’ protagonizada por Hepburn, Grant y James Stewart, que realizan un espléndido trabajo. De hecho, Stewart ganó el único Oscar de su carrera. En la comedia aparecen momentos alocados propios de una ‘screwball comedy’, pero el ritmo es mucho más relajado. Para arrancar la sonrisa, e incluso la carcajada, los guionistas recurren fundamentalmente a ingeniosos diálogos. Por desgracia fue su última colaboración conjunta.

 

Gregory Peck y Audrey Hepburn

Vacaciones en Roma‘ es la única colaboración de estos dos actores. Fue la primera gran aparición de Audrey Hepburn, hasta entonces una desconocida. Aún no había logrado un papel importante y fue el empuje del director, William Wyler, el que le consiguió esta oportunidad frente a la rutilante estrella Elizabeth Taylor, preferida por los productores. El desparpajo, soltura y naturalidad que Hepburn despliega enamoró a Wyler y luego al público creando otro de los mitos de Hollywood.

Durante la cinta se compenetró perfectamente con el cínico periodista encarnado por Gregory Peck consiguiendo unas secuencias inolvidables. Un sólido guión, de Dalton Trumbo, que por la ‘caza de brujas’ tuvo que firmar con seudónimo y no pudo recoger el Oscar que le otorgaron, y una hábil dirección de Wyler convierten a la película de visión imprescindible para los amantes de la comedia romántica. Fue rodada en blanco y negro por expreso deseo de William Wyler que quería así evitar que la belleza de Roma desplazara a los protagonistas.

La película está llena de momentos mágicos. Uno de los más encantadores tiene lugar ante la escultura la ‘Boca de la Verdad’. Gregory Peck simuló haberse quedado sin mano después de meterla en la boca. El mito cuenta que la reacción de pánico Audrey Hepburn fue natural, ya que Peck había decidido gastarle una broma a su compañera de reparto.

 

 

Por desgracia nunca más volvieron a trabajar juntos. Sin embargo, nos dejaron una película inolvidable. Toda una reflexión sobre el deseo de libertad, el afán de independencia y de cómo el amor ( y su renuncia) puede cambiar una vida, pero un amor de verdad, muy alejado del enamoramiento sensiblero, superficial e inmaduro.

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Sobre el autor

"¿Usted ha visto caminar a Henry Fonda? Pues eso es el cine”. Así definía John Ford el Séptimo Arte y creo que no hay una mejor. El cine es lo que cada uno quiere que sea. Otro maestro, Billy Wilder, afirmó que "Si el cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha aparcado mal el coche, no ha pagado la factura del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces el cine ha alcanzado su objetivo". No hay más que añadir.


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