“Antonioni seguro que es un gran director, un gran artista. Pero en lo que a mí se refiere, soy incapaz de mantenerme despierto” (Billy Wilder)

El mundo del cine está lleno de películas con o sobre atracos. Siempre han sido un atractivo para el público y, además, en algunos casos han dado algunas de las escenas más memorables del séptimo arte. Tan sólo hay que recordar el atraco al banco y el posterior tiroteo de Heat (Michael Mann, 1995), que ha sido considerado como uno de los mejores jamás rodado.

Rififí, Jules Dassin (1955)

Jules Dassin fue una de las víctimas de la ‘caza de brujas’ y, junto a otros cineastas americanos para evitarse problemas, decidió cruzar el charco y trasladar su residencia a Francia. Al poco tiempo de su llegada, en 1955,  firmó su gran obra maestra: Rififí (Du rififi chez les hommes). Una película que cuenta el robo a una joyería de un grupo de delincuentes franceses. El título parece que proviene del vocablo francés que significa camorra o bronca. La cinta,

Jules Dassin.

enmarcada en un París reflejado por Dassin en estampas en blanco y negro que tratan y consiguen realzar la belleza de la ciudad, tiene su momento cumbre en la escena del robo: más de treinta minutos en los que no se pronuncia una sola palabra, ni suena la banda sonora. Tan sólo se puede oír en tic tac de un reloj. Son sólo imágenes y trabajo de actores que mantienen en vilo al espectador hasta que finaliza la cinta. La película se caracteriza, sobre todo, por la cuidada composición de las escenas que haceDassin, cualidad que destaca especialmente en el rodaje del atraco, pero prácticamente cada uno de los planos de la cinta están perfecta y cuidadosamente perfilados.

Otra de las escenas especialmente recordadas es la de la actuación en el típico cabaret parisiense.

Atrapa a un ladrón, (Alfred Hitchcok, 1955)

 ‘Atrapa a un ladrón‘ es casi más una comedia que una película de suspense, aunque éste no deje de estar presente en ningún momento. Grace Kelly, en su tercera colaboración con el brillante director inglés, realiza una actuación portentosa pasando de jovencita inocente a maestra de seducción sin olvidar el de mujer celosa. Su partenair, Cary Grant, le da la réplica perfectamente a Kelly y entre ambos dan consistencia a la trama romántica que marca la cinta. Como en la mayoría de las películas del mago del suspense, la historia es sencilla: un ladrón retirado en la Costa Azul es el principal sospechoso del robo de las joyas de una rica americana con una hija preciosa. Ante ello, Grant, con la colaboración de la joven heredera, emprende la labor de demostrar su inocencia. Con la ayuda del director de fotografía, su eterno colaborador Robert Burks, y de los guionistas Hitchcock disfruta con los dobles sentidos de los diálogos y las imágenes como en pocas de su abundante filmografía.

El quinteto de la muerte (Alexander MacKendrick, 1955)

Humor británico con mayúsculas. Una parodia sin estridencias sobre los atracos y de la que los Coen hicieron un remake (2004) que no estuvo ni xe lejos a la altura de l original. Dirigida por Alexander MacKendrick reúne a algunos de los mejores actores británicos de la generación. Entre ellos destacan Alec Guinnes y Peter Sellers. Cuenta con un gran guión a través de la que se cuentan las peripecias de un grupo de ladrones que haciéndose pasar por músicos alquilan una habitación a una simpática viejecita.