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César Campoy

Banda sonora

El mago del viento

El trompetista valenciano David Pastor, uno de nuestros músicos con más proyección internacional, brinda su maestría en el Fesmon de Moncada

 

Hijo de emigrantes, vino al mundo en una pequeña ciudad del oeste de Alemania, pese a que su marcado acento valenciano le delata. Antes de cumplir los 10 años ya tenía muy claro a qué quería dedicarse, así que encontró en la Agrupación Musical Santa Cecilia de Sedaví el vehículo perfecto para comenzar a desarrollar su pasión artística. Inmediatamente, siendo todavía un infante, se hace mayor de edad en esto de la trompeta cuando se topa con el incombustible Latino, imprescindible figura de la música valenciana de las últimas décadas, responsable de esa maravillosa aventura llamada Taller de Jazz de Sedaví. Con él, David Pastor comenzó a ser consciente de sus posibilidades técnicas e interpretativas, y a partir de proyectos como aquella magnífica Sedajazz Big Band, fueron muchos los ojos y oídos que intuyeron que en aquel chaval estaba germinando uno de los mejores trompetistas de nuestro país.

 

Pastor, junto a su fiel compañera. Por Cultura Inquieta

A partir de aquí, eso sí, con mucho trabajo, Pastor se subió en un tobogán por el que todavía se desliza disfrutando como un niño. Incontables colaboraciones y grabaciones han hecho que, con apenas 40 años, haya trabajado con artistas patrios y foráneos de la categoría de Jesús Santandreu, Ximo Tébar, Bebo Valdés, Soledad Giménez, Donald Harrison, la Orquesta de Cámara Nacional de Moldavia, Michael Bubble, Celia Cruz, Pat Metheny, Mike Mossman o Steve Marcus, y haya pisado escenarios como los de los festivales de jazz de Montreal, San Sebastián o Montreux, así como el mismísimo Carneggie Hall de Nueva York . «Llevo tocando la trompeta desde que tengo 9 años; o sea, que no fue casual que acabara dedicándome a esto. El hecho de que en su día hubiera estimulado mi creatividad fue lo que me llevó a desarrollar un sentido de la improvisación particular con mi instrumento, y el buen estudio de la técnica del mismo me ayudó a obtener el dominio suficiente para abordar cualquier tipo de trabajo», asegura un David que, en la actualidad, es profesor en la Escola Superior d’Estudis Musicals del Taller de Músics de Barcelona y director de su Original Jazz Orquestra.

 

 

Hasta la capital condal voló un día con un objetivo claro: «Quería ver más trompetistas de jazz en directo, puesto que aquí en Valencia me sentía bastante solo en aquella época. También, el hecho de ir a vivir a una ciudad más grande y con una escena más extensa me daría la posibilidad de compartir experiencias con un mayor número de músicos». Allí se ha convertido en un maestro respetado. Sobre todo, porque está considerado uno de esos docentes que pisa la calle; que, lejos de acomodarse, sigue subiéndose a grandes, pero también pequeños escenarios. Pastor lo tiene muy claro: «A mis alumnos procuro trasmitirles mi experiencia. No entiendo cómo una persona que jamás ha ejercido en el ámbito profesional de la escena musical (sea del estilo que sea) pueda actuar como docente, y tristemente, esto ocurre bastante en nuestras escuelas de música y conservatorios. Gente sin pasión por el arte que simplemente hizo unos estudios “artísticos” por llamarlos de alguna manera es la que se encarga hoy en día de regar y cuidar las semillas. Podrían hacer algo por cambiar esto, y de hecho algunos lo hacen, pero la mayoría opta por pasar el tiempo y cobrar a fin de mes».

 

Pastor y Nu-Roots. Por Cultura Inquieta

Aquellos que quieran empaparse de las enseñanzas de David, por cierto, lo tienen muy fácil, ya que el músico ofrecerá una master class este viernes 10 de julio, en el marco de la VI edición del Fesmon que se celebra, entre los días 8 y 11, en Moncada. Esa misma noche, nuestro protagonista, actuará en el Centre Cultural Blasco Ibáñez, acompañado de la vocalista Eva Fernández y la big band Jazzom. Será una de las dos oportunidades que, en apenas cuatro días, ha podido tener el público valenciano de poder asistir a uno de los vistosos recitales de este genio de la trompeta. El día 7, de hecho, David presentó, en el XIX Festival de Jazz Palau de la Música de la capital valenciana, su proyecto David Pastor & Massimiliano Rolff Quartet (completaban el elenco Jose Luis Guart y Toni Pagès). Precisamente con Guart y Pagès, el valenciano editó, hace unos meses, su último trabajo discográfico hasta la fecha: un sorprendente Nu Tunes & Old Tunes (Omix, 2014).

 

 

Seguro de sí mismo, Pastor no distingue entre (numerosas o escasas) audiencias y (ampulosos o íntimos) escenarios («Suelo ir siempre bien arropado, y la verdad es que eso ayuda bastante a que no te afecten los miedos escénicos»). Mientras tanto, descarta por ahora practicar la docencia en nuestras tierras («No he tenido la oportunidad de hacerlo según mi criterio»), y sobre el mito de que Valencia es cuna de músicos y de que aquí nacen los mejores instrumentistas del mundo, muchos de ellos, a partir de aquellas magníficas canteras que son las bandas, es tajante: «Es evidente que hay un potencial enorme, pero la semilla para que germine y dé sus frutos hay que regarla y cuidarla, porque la semilla por sí sola y por muy buena que sea no puede mostrar lo que puede llegar a ofrecer al público».

 

 

El disco de la semana

 

Caballero Reynaldo

Overkill (Hall of Fame Records, 2015)

A principios de 1979 veía la luz Overkill, el segundo larga duración de Motörhead. Aquella salvaje y explosiva portada, aparte de dar mucho miedo, avanzaba de manera clara y diáfana por dónde irían los tiros de esta nueva criatura gestada por Lemmy Kilmister y los suyos. Tonterías, las justas. Auténtico heavy metal, sin artificios ni inútiles adornos, a partir de trallazos como el tema que daba título a aquel disco o aquellas No class y Limb from limb que animaban al más insulso a alzar su brazo, cuerno en ristre. Con aquel trabajo, los británicos demostraron ser unos seguros candidatos a las listas de éxitos de la época. Apenas un año más tarde, con su Ace of spades, de hecho, Motörhead ya eran considerados leyenda viva de la historia del rock.

Ahora, 36 años después, e inmerso en un nuevo capítulo de su pasión por revisitar clásicos de la música contemporánea, el bueno de Luis González, alma máter de Caballero Reynaldo, ha decidido seguir completando la que podríamos definir como Trilogía de los Botijos, iniciada con aquel Traca/Matraca (en torno a la figura de su admiradísimo Frank Zappa), continuada con ese In the lounge of the Naldo King (para mayor gloria de King Crimson), y ¿cerrada? con este particularísimo tributo a aquella dignísima y mencionada creación de Motörhead.

En esta ocasión, Caballero Reynaldo vuelve a contar con el concurso de una Rebeca Ibáñez capaz de amoldarse a mil y un estilos, y, además, juega sobre seguro al echar mano del genial Luis Prado. El resultado no es otro que una colección de remozadas adaptaciones en las que los teclados de Prado arropan de forma tremendamente efectiva a una Rebeca que muestra su versatilidad. Brillante ese I’ll be your sister y encantadores los aires espaciales, precisamente, de No class.

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Sobre el autor

Curioso por naturaleza. Más de media vida escribiendo.


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