Ya está aquí. La nueva taberna de Junior Franco abre (jueves, 6 de julio) con una propuesta que huele a éxito: comida latina y a la vez mediterránea, cócteles para maridar platos y un local hecho para gozar. El relevo de Origen Clandestino va a dar que hablar. Va a ser, sin dudarlo, uno de los atractivos de verano. Y ahora que lo estamos empezando aquí te lo dejo bien subrayado:
P A R A Í S O T R A V E L
Reportaje fotográfico: Irene Marsilla/Las Provincias
Diario de un espía con flotador (cuchillo y tenedor)
#aBOCAdos-1. Cinco rutas para comerse el verano.
#aBOCAdos-2. Paraíso Travel: El penúltimo sueño de Junior Franco.
Abrimos el diario (de un espía con flotador). Está todavía nuevo. Impecable. Huele a papel, a nuevo, ya sabes. Si sigue las letras te deslizarás por mi primera incursión en Paraíso Travel. Esta es la crónica de un sueño que se ha ido haciendo realidad. El penúltimo sueño de
“Tengo unas ganas tremendas; no sé qué puede pasar cuando me ponga de nuevo a cocinar». Junior Franco vuelve a colocarse ante los fogones. El chef colombiano, que en un tiempo récord logró conquistar los paladares de cientos de valencianos con su Origen Clandestino, está ya en plena ebullición. Es como un volcán que busca sacar lo que lleva dentro. Para ello, necesita poner en marcha su penúltimo sueño: una taberna latina que ha bautizado como Paraíso Travel (de la que ya te hablé) y que nace en el local donde estaba su ya antiguo restaurante.
«Sé que será una propuesta atrevida, diferente», confesó entusiasmado el cocinero. Todo pinta que será así porque Junior rompe los esquemas del restaurante tradicional y dará protagonismo a la barra y a una gran mesa central donde compartir espacio y platos. Todo ello con el inconfundible sello de la cocina del chef de Manizales. «Se podrá dar de comer a unos diecinueve clientes, al margen de la terraza», explicó. Para ello, ha reforzado su equipo con tres personas en la cocina y otras tantas por la sala.
«Te veo nervioso», le comenté ante un café con leche, a eso de las nueve de la mañana y justo antes de ir a ver cómo había tomado forma su nuevo restaurante. «No pensaba que iba a ser tan duro enfrentarse a este mundo de las obras», afirmó casi suspirando y haciéndome ver que ha sido una lucha contra el reloj para intentar lo que era un imposible: cumplir los plazos. «Quería haber abierto antes», lamentó aturdido. «En cualquier caso, a mí me gusta el sufrimiento, soy algo masoquista; en realidad sé que cuando logremos la estabilidad del nuevo local ya podré ponerme a cocinar y saldrá todo lo que llevo dentro», confesó justo antes de dejar el Café Mayan, ante las torres de Quart, y dirigirnos hasta lo que era el antiguo Origen Clandestino y ahora es ya su nuevo paraíso. «Lo veo claro, lo veo claro», insistió entusiasmado este joven que se vino a la Comunitat con veinte años y que, en poco menos de una década, ha logrado convertirse en uno de los cocineros con más proyección de estas tierras.
«Mira el cartel que nos anuncia», me mostró con orgullo Junior. Un provocador letrero en el que se leía Paraíso Travel lucía en el dintel de la puerta. Un neón en tonos azul y fucsia, muy provocador él y con sirena incluida, dejaba patente que, en efecto, aquello iba a ser diferente. Un lugar desenfadado, divertido, diría que desinhibido, que busca que el cliente pueda disfrutar comiendo y, al tiempo, sentirse bien. «Queremos que la gente venga y se deje llevar; les vamos a hacer gozar, a cuidar», aseguró moviendo sus manos como quien quiere volar. O quizá lo hacía: volar soñando.
«Cuéntame algo de lo que va a ofrecer tu cocina», le pedí ansioso por saber qué estaba trajinando. En ese instante, el Junior más pasional se olvidó de las obras y activó su cabeza de cocinero. «Vamos a potenciar los platos para compartir; y van a ver algunas creaciones nuestras emblemáticas como el latin crab, el ceviche cartagenero o los juegos de arepas y empanadas», relató. «¿Algo nuevo?», pregunté, consciente de que en su interior debería haber un torbellino de ideas. «Estoy diseñando el ceviche español con productos de aquí», relató. Y me habló de jugar con las aceitunas, los encurtidos en general, la anchoa, el tomate…
La boca se fue haciendo agua. Y las ganas por ver aquello ya en marcha también. La ilusión de Junior y de todo su equipo –desde su madre (Diana) a José (segundo en cocina)– acaba impregnándote irremediablemente. «Haremos una versión del ceviche caliente de rape con el bollo limpio típico de Colombia (de Barranquilla) y que se cuece envuelto en una hoja de maíz». Eso me mató. Y hasta me dio ganas de reservar en ese instante aunque, para mi desgracia, Junior ya me advirtió de que lo tenía difícil: Paraíso Travel será un sitio vivo, de momento, sin aceptar reservas. Un sitio diferente, arriesgado, sin corsés, con las armas que te he ido desvelando y alguna otra sorpresa como los cócteles que servirá José Ángel. «Queremos que la gente, además de cenar, luego pueda tomarse una copa sin prisas en la terraza». Y sí, dijo copa y hurgué en esa idea hasta descubrir que prepara dos líneas diferenciadas de cócteles. Unos para reposar la comida y otros, más ligeros, para acompañar los bocados. Y entre risas me los presentó. «Vamos a hacer uno que se llamará el nanombiano, con cazalla y lulo; y otro que es el mojito de Jerez, lo tienes que probar, porque está de muerte», recomendó emocionado. No faltará su piña colada, ni el pisco, ni toda esa pasión que acompaña lo que Junior y su equipo hacen. Sueños que, tras mucho batallar, siguen tomando forma.
«¿Quieres adelantar la fecha de apertura?», me preguntó. Le dije que era Míster Cooking y eso bastó. Paraíso Travel desea estar en marcha el próximo jueves 6 de julio. Ese día levantará la persiana y quien vaya disfrutará de un local que se insinúa por todas partes. Comida, bebida y música para conquistarte. Amor latino desbordado, gozo asegurado. Será el penúltimo sueño del cocinero de las pasiones. De él y de los suyos. Luego llegará el otro. El nuevo Origen Clandestino. Pero esa será otra hermosa historia.