YELEL CAÑAS. Lleva cinco meses recorriendo toda Latinoamérica. Empezó en Bolivia, para desarrollar un proyecto solidario, y acabará en Panamá. Entre medio, un tiempo en las Amazonas ecuatorianas. “Lo más impactante ha sido convivir con la tribu de los Waorani”. Allí ha descubierto esa otra gastronomía: la de la supervivencia. Yelel es otro valenciano que se está comiendo el mundo.
VALENCIANOS QUE SE COMEN EL MUNDO
Cap 1. Miguel Ruiz. Club Allard. Madrid
Cap. 2. Javier Vicente. Foc. Singapur
Cap 3. Yelel Cañas. Latinoamérica
Cap 4. César Tovar. Canalla Bistro. México
Cap 5. Adrián Zarzo. Rte. Zarzo. Eindhoven
Cap 6. Perfecte Rocher. Tarsan i Jane. Seattle
COCINANDO SOLIDARIDAD
Cuentan sus padres que Yelel, a los cinco años, ya jugueteaba cocinando pucheros. El cocinero valenciano se crió en un pueblo, siempre cerca de la naturaleza que ha sido quien ha marcado su manera de entender la cocina. La naturaleza y su pasión de viajar le ha acompañado en su profesión. Tanto que, de joven –más joven, ahora tiene 33 años– recorrió Nueva Zelanda y el continente americano de Norte a Sur.
En la actualidad lleva medio año viajando por países latinoamericanos. De Bolivia a Perú, de allí a Ecuador, Colombia y, para terminar, Panamá. «La historia empezó con un proyecto de cooperación del Fons Valencia de Solidaritat para dar soporte turístico y gastronómico en el sur de Bolivia, en San Xavier; pero decidimos ampliar la experiencia con nuestros recursos», relató. «Nuestro objetivo es conocer tradiciones, personas e historias a través de la gastronomía más local y auténtica que podemos encontrar, haciendo un trabajo de investigación de productos y de técnicas, formas y maneras de cocinarlos».
Yelel y su pareja, Silvia Fraccaroli, andan impartiendo cursos de formación y asesoramiento a pequeños establecimientos “como restaurantes, fondas y vendedoras de comida” y han llegado a organizar un festival gastro-cultural en Bolivia. “Fue el festival Ishanka en Bolivia, que significa pasión en el idioma Besiró, donde tuvimos que animar a participar a numerosos proveedores y cocineros de la zona, y conseguimos llenar la plaza del pueblo”.
Aunque quizá, su experiencia más impactante ha sido estar en la selva del amazonas ecuatoriano “para convivir con la tribu de los Waorani, una de las tribus que todavía no está condenada al turismo, y que fue alucinante”. Asegura que estar internados en la selva del bosque primario más antiguo del mundo les enseñó a “aprender técnicas de supervivencia”, a sacar y beber agua de las lianas y a construirse cabañas con un machete y cuatro ramas. Todo aderezado con mil sabores, mil formas de entender la otra gastronomía que seguro impregnarán lo que es su cocina del futuro y sueño. “Nos gustaría tener un restaurante en la montaña donde poder trabajar todos nuestros conceptos”. Posiblemente llegará. De momento, sigue con su aventura latinoamericana.
Desde allí, desde Latinoamérica, el que fue el cocinero de Kiaora, hace llegar su pasión por lo que está viviendo. Y leyendo sus reflexiones y compartiendo sus experiencias, uno se da cuenta que a un cocinero (como a cualquier persona), viajar le despierta los sentidos y le abre los ojos. Conocer otras culturas, saborear sus tradiciones, descubrir su cocina y sus modos de vida, sirve para entender mejor las cosas. Yelel volverá rezumando otra forma de entender la gastronomía. Le esperamos.
RECUERDA…
Se llaman Perfecte, Javier, Yelel, Adrián, César y Miguel. Son cocineros y los seis están derribando fronteras con su cocina. Cada uno a su manera y cada uno en un punto del planeta. De Tarsan i Jane en Seattle a Zarzo en Eindhoven; del Foc en Singapur a el Canalla Bistro de México… Seis historias con un denominador común:cazuelas que se llenan de raíces valencianas.