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Andaba yo pintando sueños –lo que sin lírica se diría, durmiendo como un tronco con la cabeza llena de fábulas- cuando sonó alterado el teléfono rojo. Sonaba despiadado, como gallo madrugador. Tanto que me asusté. Dejé los pinceles de mi imaginación, un tigre se escapó de mis sueños y, sobresaltado, salté de la cama.
Contesté. Al otro lado de la línea, estaba ella. Mi diosa. La Diosa del País de la Gastrosofía. Más fría de lo normal…
Mr. Cooking: ¿Qué pasa?
Mi diosa: ¡Qué hay siete chefs en un ascensor! ¡Siete!
Mr. Cooking: No entiendo nada… ¿Siete chefs en un ascensor? ¿Qué hacen ahí?
Mi diosa: Eso quiero saber yo… Para algo tengo un espía en el planeta Tierra…
Me colgó. Sin más. Y eso que ella no me suele hacer esas cosas. Abrí de inmediato mi Cacerola-Telescopio y… “¡Por todos los Dioses!”. Allí estaban…
Foto de Kiko Moya. Hermoso selfie
Me fui a mi agenda de superagente. Hice rodar los días. Llegué al 14 de mayo. El Colegio de Ingeniero Agrónomos premiaba a la Academia Valenciana de Gastronomía. La cita era en el hotel Astoria. Mis chivatos dicharacheros ya me habían advertido que no iba a estar sola la presidenta de la entidad y su gente (entre ellos el incombustible Sergio Adelantado). Al contrario, Cuchita Lluch apareció acompaña de una nutrida representación de chefs valencianos. Entre ellos, estos siete muchachotes hijos del Club de los Delantes Supersónicos: Kiko Moya, Alberto Ferruz, Jorge de Andrés, Alejandro Platero, Manolo Alonso, Bernd H. Knöller y Ricard Camarena. Siete chefs –siete- metidos juntos en un ascensor. ¡Toda una imprudencia, claro! Ellos deberían viajar por separado. Como el Rey y el Príncipe. O como Barak Obama y su vicepresidente Joe Biden.
CONVERSACIONES DE ASCENSOR
No podemos permitirnos que, en un momento dado, se queden los siete encerrados. Imagínate el panorama. ¡Nosotros huérfanos de sus platos mientras estuvieran allí! Y ellos… la que podrían armar con sus cabezas en ebullición…
♣Kiko Moya (L’Escaleta): “Nosotros aquí y yo tengo un buen puñado de fresas para poner a guisar…”
(Cierto, Kiko puso esa misma tarde fresas al fuego… ¿qué sueño en rojo saldría de allí? Foto Kiko Moya)
♠ Alejandro Platero Mulhandara): “Pues a mí me va a llegar una caja de gamba roja de esas de las que te hacen llorar…”
(Cierto, Alejandro recibiço esta hermosa cajita… que vuelve loco a cualquiera !!!)
♥ Manolo Alonso (Casa Manolo): “Pues yo tengo esta tarde un curso en el CDT de legumbres al que no puedo faltar…“
♦ Ricard Camarena: “Pero que me vais a contar a mí que me voy en nada a México con Mario Sandoval* y Álvaro Garrido para el congreso MesaAmérica…” (*un día nos metemos de lleno en el Caso Sandoval, ¿no?)
Bernd H. Knöller, el señor del Riff –con el que he quedado bastante mal porque le dije que un día quedaría con él para almorzar en el Bar de Camarena (ya sabes, en el Central)- , con su habitual optimismo vital rompería el hielo: “¿Habéis estado en el Rocío? ¡Es fascinante!”. Seguro que empezarían así una conversación repleta de anécdotas, distendida, que acabaría con un buen puñado de risas… (No se si Bernd me va a decapitar por sacar esta foto suya del Facebook… pero está genial 🙂 )
HACIENDO MANITAS
Si algo caracteriza al Club de los Delantales Supersónicos es la buena relación que existe entre colegas. Los que estaban en el ascensor, los que estaban en el Astoria, los que no pudieron ir y los que están más allá de tierras valencianas. De hecho, siempre están haciendo manitas. Sí, sí… Besos no, pero manitas un montón. A cuatro, a seis y hasta ocho manos. Algunos incluso casi se dan de puñetazos. Boxeo… pero gastronómico claro:
-Quique Barella (Q de Barella), Kiko Moya (L’Escalta) y Manolo Alonso (Casa Manolo) se juntan el próximo 22 de mayo para celebrar el primer aniversario de la apertura del local del bueno de Barella. Él es el claro ejemplo de lo que están haciendo los cocineros para seguir adelante con su sueño: convertirse en empresarios (de esto habló Cuchita Lluch también en su discurso al recoger el premio). El menú es de 70 euros y sentir un Don Disfrutón es algo que está asegurado. FOOD BATTLE.
-Alejandro Platero (Mulandhara) y Toni Ramos (Cami Vell) hacen también su particular pulso. Un mano a mano el 5 de junio que promete ser muuuuy emocionante. Snacks, cuatro entrantes, pescado, arroz, postres… hasta mini gin tónics. Promete. Por cierto ¿Mulandhara hará mudanza? ¿Reformas? ¿Nada? Hay que espiar a este chef. Valor seguro.
-Pero si se está mascando un cuatro (o seis) manos que me tiene sin aliento -ya sabes que Cooking no sabe disimular- ese es el que va a celebrarse en EL POBLET el próximo 26 de mayo. Germán Carrizo y Carito Loureço juntan sus manos con las del gran Francis Paniego. Ya sabes, todo corazón. Bueno, todo casquería… Ya te conté su historia. Mejor dicho la de su madre: LA MADRE DE TODOS LOS CHEFS. Ya huelo sus croquetas. Cien euros y 40 plazas. Cita de altura. Un milagro con la gran Manuela Romeralo, directora de Vuelve Carolina y El Poblet, poniendo orden en la sala (con una profesionalidad abrumadora). Me fascina esta señora :-).
Pues eso, mira bien la foto de Francis. Es FANTÁSTICA. (Imagen promocional del evento)
LA COMPETENCIA ES UN SUSPIRO
Lo dicho, la conexión que tienen los cocineros entre si es envidiable. Posiblemente se vea en muy pocas profesiones. Y más cuando existe competencia entre ellos. Eso es así, porque yo me puedo levantar un día y puedo irme hasta Dénia, meterme en casa del bueno de Rafa Soler, en Joël Aticcook, y pedirle su último menú (con sus inolvidables cebollas al aroma de café…) o puedo optar por quedarme en Valencia e ir a visitar a esa pareja que me tiene enamorado desde que descubrí Apicius, Yvonne Arcidiacono e Enrique Medina. El cliente decide siempre. Y no siempre puede ir a todos los sitios… La competencia aquí, aparentemente, es muuuy sana. Un suspiro.
→De Rafa Soler… y sus sueños
a Enrique Medina.
(La foto es de Rte. Apicius y es la que usan para ilustrar la receta que ha volcado Enrique en su blog: Horchata de nueces con espárragos blancos. Vamos a decirlo claro: Se sale.)
EL BOOM SEGÚN CAMARENA
En la entrega del pemio Chefs Millesime, que en esta edición recayó sobre Ricard Camarena, se vio al chef de Barx -yo no estuve porque soy un espía muuuuy ocupado- junto a Alberto Ferruz (Bon Amb en Jávea/ cocinero invitado) y Jorge de Andrés (Restaurante Vertical/cocinero anfitrión) en un seis manos que, cuentan los invitados (afortunados ellos), fue importante. (Estas fotos son de The Spanish Food)
A Ricard, la verdad, no puedo evitar imaginármelo ya con las dos estrellas Michelín en su chaquetilla. Cerca del corazón. No daría crédito a que no le diesen la segunda. Aunque bien pensado, qué más da….porque lo que este hombre hace en la cocina y desliza del hervidero de su cabeza no tiene nombre. Basta leer alguna de las frases de su discurso para saber que, más allá de la cocina, tiene pensamientos de alto calibre:
“Si vives exclusivamente de este boom es posible que cuando se acabe, mueras; para nosotros es una herramienta que nos ayuda a tener más visibilidad, pero el día que esto pase seguiremos siendo los mismos”.
En realidad, discrepo con el chef -que lo ve desde la perspectiva del cocinero-. Creo de verdad que este boom está aquí para quedarse. Lo digo convencido. La gente hemos aprendido (o estamos aprendiendo) a apreciar nuestra cocina y disfrutar con ella. Entre otras cosas, porque el sacrificio que han hecho los propios cocineros -han ajustado al máximo precios de sus menús, se han matado a trabajar por sus proyectos y los han impregado de honestidad- ha permitido que la gente se acerque cada vez más a la cocina. Y la cocina les ha hechizado. Un conjuro que puede ser para siempre…
¿O será que sueño que es para siempre?
Por interesarnos, hasta nos gusta observar las vajillas que se curran nuestros chefs. Mira esta que tiene en exclusiva Ricard… (Montaje con fotos de su Facebook).
TODOS FELICES, SE COMIERON LAS PERDICES
El chef Diego Guererro, en una entrevista para Terra, decía: “Nosotros queremos hacerte feliz pero tú debes querer ser feliz” . Y es verdad. El comensal debe ser feliz cuando acude a un restaurante –Míster Cooking lo es-, pero el cocinero también trabajando allí. Y ahí está la clave del éxito. Que ellos, los chefs se apasionen con su trabajo. Que el enorme sacrifio que supone ponerse la chaquetilla todos los días para dar la cara -perdón, el plato- a los clientes, le llenen tanto que cada noche, al acostarse de madrugada, pueda decir:
“Soy UN COCINERO feliz”
¡Hombre Don Jaime Sanz, qué grande… Bueno, todos. Foto proporcionada por Ángela Valero
Cuchita Lluch, en su discurso a la hora de recoger el premio de los Agrónomos atinó mucho: “Estos grandes cocineros han tenido que crear unidades de negocio que les alimentan luego los grandes restaurantes, que son lo que es difícil de mantener (…) Se han tenido que convertir en empresarios. A la fuerza ahorcan”.
Nuestra querida Mary Poppins de la Gastronomía -me mola llamarla así, con todo el cariño y admiración por el trabajo que está desempeñando- recordó que a los cocineros ahora se les pide que sepan hablar, que sepan hacer ponencias, congresos… “se les exige de todo“. Hasta ponerse delante de las cámaras…
Montaje con fotos de los propios chefs…
“A mis hijos les toca hacer muchos kilómetros por el mundo para poder mantener vivo el negocio”, me confesó Loles Salvador en aquella maravillosa conversación que mantuve con ella en Coloniales Huerta. Las dos, Cuchita y Loles, coinciden en el diagnóstico. El éxito se trabaja, y trabaja, y trabaja… Incluso saliendo fuera de la cocina para darte a conocer y para conocer. Más allá de las fronteras. Por ejemplo, Jorge de Andrés se va pronto a Brasil –ya os contaré un día para qué- dentro de esa parte del negocio culinario que es hacer bolos por el mundo. Al gran Jordi Ferrer (Jordi Cook) y José Montanejo (De Sucre /Cocentaina…. ¡Le debo una visita!) los hemos visto estos días conquistando paladares de Noruega. O a Germán Carizo (El Poblet) lo tenemos ahora por México hablando de su cocina ¡y comiendo tacos en Monterrey!… Hasta la mismísima Begoña Rodrigo (miss La Salita) se ha pasado la semana por Asturias fascinando a quien se le acercaba con sus platos temperamentales, inteligentes e ilusionantes…
Foto de Jordi Cook
La otra cara de esa felicidad es la de los clientes, que con eso de los bolos podemos descubrir cosas tan maravillosas como la del mundo de los quesos… A mí me pasó con la gente del Club de los Quesos Fantásticos –ya te hablé de ellos- y me conquistaron hasta lo más profundo del alma con su verdad. Su honestidad. Gente que es capaz de hacer del queso algo simplemente bello. Como ese proyecto que llaman Caminos del Queso y que es una fascinante aventura con aroma a magia cuajada. Una ruta por queserías artesanales de Valladolid a las que le une que están enamoradas, apasionadas con su trabajo. Un recorrido por la Granja Cantagrullas, Campovieja y Cañarejal… (La imagen está tomada del blog de Caminos del Queso… Sueño con ella 🙂 )
¡Pasión por el Queso!
EL SELFIE DE LA REVOLUCIÓN DE LAS CUCHARAS
Todos tenemos que aprender de todos. Pero sin duda, al asomarme al telescopio y ver a esos tipos del cucharón metidos en el ascensor, descubrí que de ellos hay que aprender mucho. Sobre todo que juntos se pueden alcanzar metas que antes parecían quimeras… Juntos LO IMPOSIBLE ES POSIBLE. Ellos lo saben y por eso cabalgan a una, por la misma travesía, de la mano. Y por eso, se ven de vez en cuando y se ayudan y comparten conocimiento y ciencia y experiencias y sonríen y hasta se fotografían juntos…
En el ascensor, en una entrega de premios, en un viaje por el mundo… Selfies de todo corazón para hacer realidad… LA REVOLUCIÓN
Selfies con otros chefs…
…. y también en EQUIPO
Lo dicho esto es mucho más que un boom. Quizás un boom encerrado en un sueño. Como en la canción de Xoel López…
“Yo soñaba cada día poder alcanzar la playa…”
Aquel día, cuando cayó la noche, telefoneé a mi Diosa. Le conté lo que aquí te cuento. Le insistí en que las cucharas la van a armar. “He detectado nuevos movimientos“, le dije. La Academia de Gastronomía prepara una importante por su X Aniversario… Y le dije que quiero seguir atrapado en esa alquimia. Y con ella a mis espaldas, con ese sueño, cogí los pinceles y volví a trazar fábulas y leyendas en mi cabeza repletas de tigres sagrados y magos que eran cocineros y guisaban hasta las estrellas…
Seguir a míster Cooking: @JesusTrelis
-Gracias a mi hermano una vez más, por dejarme prestado para mis historias estos detalles de sus cuadros 🙂 !!
-Gracias a todos los chefs, a los que con y sin su permiso me he colado en sus redes sociales y con lo que ellos cuentan he hecho esta historia con ascensor. Que perdonen mi indiscreción. Besos y abrazos a todos ellos. Y vosotros…
Os dejo con la magia….MAGIC de Colplay