EL FINDE DE MR COOKING
Cuando las cosas del comer se convierten en Fábula
ESTE SEMANA JUGAMOS A LAS CARTAS
#elListódromo: Trío de arroces: atún, pato y ‘carranc’ #Confidentials: La gastronomía se la juega. Revolución y Cucharas #CookingTerapia: Repartiendo juego a pie de barra
#confidentials
Mil propuestas que abrirán, mil que se ampliarán, mil ilusiones desbocadas, mil cocineros en la retaguardia llamando a la puerta para pedir paso, mil cocineros de siempre haciendo cada vez más contundente sus propuestas, mil platos volando cada uno con su encanto –o desencanto-, mil espías que quieren contarlo, algún que otro sabio de los de siempre que observa todo con cierto espanto.
La gente guapa de la cuisine, el lobby de las chaquetillas, los solitarios de los fogones, los que sobreviven, los que diversifican, los que siguen igual de enamorados de esto de cortar patatas y servir anguilas. Los de ayer y los de mañana. El que fue Mr Ego sin saberlo, el que quiere serlo, el que parece subido a una nube y todo es un mundo de chantilly.
Mil productos de antaño que ahora se ponen de moda, mil tendencias que van variando, mil sabores, mil vinos, mil aceites, mil certámenes para debatir sobre qué nos está pasando, mil paellas que no llegaron, un emoji 😎 , mil food&trucks, mil camareros que no paran de trabajar, mil mesas en las aceras, mil alumnos (futuros hosteleros) preparándose en escuelas.
Mil por mil… cien mil y un pastel a repartir. La gastronomía valenciana se la juega. Las cartas vuelan por la mesa. Mil delantales volando, mil cucharas que se alzan.
As de tenedores
Rey de Cuchillos
Los informes sobre mi mesa ya me advertían que algo estaba pasando. Junto a un puñado de buenos libros de cabecera –la mayoría con versos endiablados y alguno de Montagud que voy oteando-, se amontonaban expedientes a medio resolver de esas cosas del comer que van aconteciendo a mi lado. Y son tantos, y tan tremendamente interesantes, que me estoy asustando. “Cooking, tendrás que comenzar por algún lado”, me dije susurrando como un loco espía solitario
Miré, leí y empecé a ordenar: jornada de la Basque en el Veles e Vents, Doña Petrona que ha inaugurado, el Caro Hotel que reinventa su Sucede, el menú de Kaymús más espectacular que nunca… Por la mesa vi fotos robadas a Alejandro Platero que en octubre reabre o abre su nuevo Macel.lum, de Begoña Rodrigo que en noviembre se convertirá en Nómada, un post-it que me recuerda que hay que preguntar por el nuevo Mar d’Avellanes, por el nuevo Bouet, por lo nuevo de los chicos Nozomi (Hikari Yakitori se llamará en la calle Tomasos estará ¿verdad?) Un post-it que me recuerda que debo preguntar por el Ostrarium de Andrés, por cómo le va al gran Sergi Peris con su restaurantazo de Jorge Juan… Mil post-it por mi mesa y una cabeza que vuela.
Así pinta el nuevo Macel.lum
Así se cocina en Sergi Peris
(Ceviche de langosta)
¿Hacia dónde vamos?”, me pregunté mientras saboreaba mi taza de café. Observé y abrí uno de los libros que te decían viven perpetuados en mi mesa. Era un poemario de Luis García Montero –junto a Gloria Fuertes, mi top entre los afiladores de versos-. Al azar leí: “La vida tiene pétalos/ un rosal donde tiemblan las historias”. (De Canción Deshojada). Me entró cierto escalofrío, la verdad. Y contemplé mi mesa como si fuera un rosal al que le tiemblan las historias. Y empecé a deshojarla, cuchicheando de un informe a otro, rememorando lo que en este loco País de la Gastrosofía nos pasaba. Expediente a expediente puse las cartas boca arriba y jugué con nuestra gastronomía.
REPARTÍ CARTAS: GANA EL SABER HACER.
Jugando y jugando me fui a la inauguración de Doña Petrona. En Ruzafa, ya sabes. Viendo las cartas cómo las han jugado, llegué a una conclusión. Simboliza muy bien lo que está pasando en esta ciudad. Esta Valencia en la que los cimientos gastronómicos no paran de moverse. Doña Petrona es un proyecto que ha sido pensado, estudiado, analizado al milímetro. Puesto en marcha y después revisado, analizado, trabajado. Lo reconocen el propio Germán Carrizo y Carito Lourenço: hemos ido puliendo cosas. Aire acondicionado, mobiliario, platos… Y ahora han inaugurado. Los dos son un claro ejemplo a seguir; una manera muy evidente de cómo se debe actuar. Con emprendedores como ellos, la gastronomía estaría en buenas manos. O eso creo yo, que hablo por no callar.
Asistir a la inauguración, por cierto, me sirvió para probar sus canelones (divinos, aunque yo suspiro por los de doña Justina) que los tenía pendientes. Y me sirvió para reencontrarme con muchos amigos y conocidos de este trepidante mundo del delantal. Parte de ellos, cocineros que impulsan la revolución de las Cucharas.
REPARTÍ CARTAS: GANA EL ENTUSIASMO
Hablé allí con Víctor Rodrigo. Le debo una visita oficial a su Samsha actual. Aunque ya estuve con él cuando todo se fraguó. “Está perfecto, te va a encantar; el otro día dos de los participantes se pusieron a llorar”, me desveló emocionado. “Iré la próxima semana”, me comprometí. (Y por escrito queda). Quizá Víctor es uno de esos genios incomprendidos que tenemos por la ciudad. “Quiero vivir tu espectáculo, pero ver qué tal también se come”, le dije medio en broma y medio en serio. Siempre me preocupó que una cosa devorara a la otra. “Te gustará”, me aseguró. Su ímpetu, su rebeldía, sus ganas por hacer grande Samsha ya me gusta. A mí Víctor me da mucho respeto. El entusiasmo siempre me gana la partida.
REPARTÍ CARTAS: GANA LA ADMIRACIÓN
En el fondo, en medio de esta revolución de las cucharas, creo que a esta ciudad le hacen falta proyectos personales, propios, distintos, que capten cada vez a nuevos públicos. Propuestas que rompan la baraja. Begoña Rodrigo, que mantiene la joya de su corona colocada en ese restaurante que ha evolucionado de forma admirable en los últimos años y que es nuestra Salita, lleva entre manos ahora esa escalera de color ganadora que es su Nómada (del que ya te hablé y algún día desnudaré del todo). Todo lo que le rodea, todo lo que va mostrando, ya me atrae. Tengo ganas, esa es la verdad, de que ese nómada eche a andar. Se que el volcán de Rodrigo nos puede abrasar (o mejor dicho abrazar). En cualquier caso, te dejo sobre la mesa lo que esta mujer transmite, me transmite: admiración. Desde que la conocí me atrapó su danzante mundo repleto de sueños con mucho TOMATOMATE. (Grandísimo video de Carmela Work que tomo prestado para compartir con vosotros.)
TOMATOMATE from C A R M E L A . W O R K on Vimeo.
REPARTÍ CARTAS: GANA LA UNIÓN
Vi mucha buena gente en Doña Petrona. Muchos cocineros que no te voy a enumerar pero que, cada uno desde su cocina y con sus cuchillos, pone su granito de arena para ir consolidando la gastronomía. Algunos ya con mucho recorrido, otros -como el club de los seis de los que ya te hablé- que tienen mucho futuro en sus manos. Y en general, muchos que se juegan los chavos. Y con ellos, gente que empuja el carro. Recuerdo ahora a Ken Wagener y su ilusionante The Big Challenge. Una iniciativa que aúna a cocineros, una docena, para ir haciendo cuatro manos entre ellos. Pues eso, ese espíritu de colaboración y unión, la imagen de todos juntos en Doña Petrona y la imagen de todos juntos en esta foto que en su día os mostré, es la manera de dejar patente que todos juntos sí, juntos mejor. Sin duda, uno de los grandes logros que dejó Cuchita Lluch en sus tiempos de presidenta.
REPARTÍ CARTAS: GANA LA DIVERSIDAD
Hace unas semanas me invitaron como espía a una comida con empresarios del Club Moddos, del que antes te hablé. Uno de los participantes me preguntó cuál era el mejor restaurante de Valencia. Y yo tengo claro un buen puñado de ellos (incluso mi preferido). Pero en realidad, el mejor restaurante es uno distino cada día y cada momento. Y si me apuras, cada persona y estado de ánimo, te marcará el perfil del mejor restaurante. Puede parecer que esto sea una paparruchada de las mías. De espía que va de sabelotodo (pese a que odio esa tendencia al contemplarse el ombligo), pero creo que lo importante es ser feliz en la mesa. Y cuanto más feliz seas, mejor será el restaurante que te ha propiciado ese estado de ánimo. Me comentaba el maestro Ricardo Gadea no hace mucho: “no es lo mismo tomarte una botella de Petrus en Askua con tu pareja que con alguien que te debe dinero”. En el fondo, lo importante, y eso poco a poco se está consiguiendo en Valencia, es tener un amplio abanico de mesas en las que encontrar en ellas lo que cada uno necesita en ese instante. El éxito está en la diversidad. HACEN FALTA MESAS PARA TODOS
(AQUÍ OS DEJO UNA. DIVINA. EN NOOR)
REPARTÍ CARTAS: GANA EL INGENIO
Las mesas de nuestra gastronomía, eso sí, están efervescentes (cual Aspirina C, con ácido acetilsalicílico). De pronto te citan para un encuentro de food&trucks (como el que este fin de semana se celebra en los Jardines de Viveros) que organizan un apasionante encuentro gastronómico en Moraira (el 8 de octubre) en el que el reto es cocinar a bordo: la V Gourmet Race que este año contará con una treintena de participantes. Estos dos ejemplos, y muchos más, son los que dan plus a nuestra cocina. Eventos que, si están bien pensados y no son simples cajas recaudadoras, pueden ayudar mucho a poner en valor la cocina y a los cocineros de nuestra tierra. Ingenio para progresar.
De ‘Hombre sin Opiniones‘
de Luis García MonteroObservando todas las cartas que aún me quedaban por repartir, sentí que el tiempo se me iba de las manos y que tengo mucho que hacer y recorrer. Quizá porque, con la revolución de las cucharas, ha salido tanto delantal a la calle que los que amamos esto, lo queremos saborear todo, disfrutar cada plato y cada mesa, necesitamos más mediodías (con sus respectivas comidas) y más noches con más cenas. Me di cuenta que no he vuelto a CIRO desde tiempos de Maricastaña; que merezco la hoguera porque este verano quería ir a CASA MANOLO, y no he cumplido la palabra; que aún no he atravesado la frontera de QUIQUE DACOSTA este año… que la revuelta sigue y se me va de las manos. Observando todo lo que me queda por hacer soñé con un comodín oculto en el destino que me permita jugar la carta del triunfo.
LA ÚLTIMA CARTA
EL DESTINO
Que EL DESTINO me permita disfrutar de los preludios de Ricard Camarena, que vuelva a saborear el taco de pollo tikka masala de Vuelve Carolina, que me deje sentarme en la mesa de la casa de Alejandro del Toro y hablemos de sus vidas, que Nacho Romero abra una botella de Côtes du Jura y hablemos los dos de ese arroz con bogavante que hace con vichy. Que EL DESTINO me deje pasear entre arrozales, que me permita saborear mil aceites (los de 5Oliveres -ya te hablaré de él-, el del Mas de l’Altet, el de Viver…), que ponga ante mí un bogavante recreado por Junior Franco, unos garbanzos de La Pitanza, un curry de Tono Pastor y me muestre toda la magia que esconderá el nuevo Bouet. Que les de fortuna a ellos, a los que abren y reabren, a los amigos del Veles e Vents (llamados La Sucursal también), a Raúl Aleixandre y a su mar siempre bañando sus platos…
Que EL DESTINO me vuelva a sentar con Joaquin Schmidt, que otra vez pueda saborear el Saiti del noble Patiño, que me prepare una ruta por las mesas de Mugaritz, Aponiente, Eneko y Alija, por Solla, por los Roca, por el Noor de Paco Morales y sus platos de las mil maravillas…Que mi cuerpo repose en la frontera de Quique Dacosta mientras Navarrete baña mi interior con caldos de Jerez y vemos caer a nuestros pies las FRONTERAS mientras juntos gritamos…
R E S I S T I R É
LA GASTRONOMÍA DE ESTAS TIERRAS SE LA JUEGA, SÍ.
PERO LO TIENE TODO PARA SALIR GANANDO.
ES CUESTIÓN DE HACER LAS COSAS BIEN