ADRIÁN ZARZO. Nació en Benaguasil. Desde los doce vive en Eindhoven. Tienes dos restaurantes. Uno con estrella Michelin, se llama como él: Zarzo. Otro tipo bistro, Valenzia. Es un homenaje claro a su tierra. Ya planea abrir el tercero en unos meses. Su nombre será Sun. «Siempre he dicho que prefiero un restaurante lleno sin estrella que con estrellas, pero al final he logrado las dos cosas». Adrián también es uno de los valencianos que se comen el mundo.
VALENCIANOS QUE SE COMEN EL MUNDO
Cap 1. Miguel Ruiz. Club Allard. Madrid
Cap. 2. Javier Vicente. Foc. Singapur
Cap 3. Yelel Cañas. Latinoamérica
Cap 4. César Tovar. Canalla Bistro. México
Cap 5. Adrián Zarzo. Rte. Zarzo. Eindhoven
Cap 6. Perfecte Rocher. Tarsan i Jane. Seattle
UN VALENCIANO CON ESTRELLA EN EINDHOVEN
En cuatro meses abrirá su tercer restaurante en Eindhoven. Se llamará Sun y será su tercer hijo gastronómico tras el exitoso Zarzo (como su apellido), que ostenta desde hace dos años una estrella Michelin, y su Valenzia, que es su propuesta más desenfadada y que mira directamente a sus raíces.
Eso a pesar de que Adrián Zarzo dejó Benaguasil a los doce años para aterrizar en Holanda. De aquello hace 24 años, aunque el joven cocinero es rotundo: «Siempre hemos regresando en verano y por Navidades». De hecho, su conexión con su tierra fluye por todos los costados. Personales y profesionales. Como fluyó desde siempre su pasión por la gastronomía
«Mi madre me dijo qué quería ser y le dije que cocinero», comentó. Empezó de pequeño estudiando unas horas a la semana, después fueron varios días y después se entregó de lleno a ello. A la cocina, a crecer profesionalmente, a formarse… Topó, entre sus maestros, con Santi Santamaría. Y le dejó huella. «Estuve cuatro años con él», recordó. «¿Pero tú cocina es muy española?», pregunté. Se podría decir que sólo en parte. «Empecé trabajando productos españoles, pero veo mi cocina muy internacional; aunque no gasto productos asiáticos habitualmente; prefiero antes que soja, un rábano picante o una reducción de de Jerez». Esa cocina de la que habla tiene el mar y tierra como un denominador común. «Me gusta tanto que llego a abusar; en un menú de seis platos llego a poner cuatro».
Su propuesta debe gustar mucho en Holanda, porque cuenta con el respaldo de clientes y de la crítica. De hecho, muchas quinielas le señalaban como restaurante para ganar su segunda estrella Michelin este año. «Para mí es demasiado pronto; tenemos muchas cosas que perfeccionar todavía. Lo más importante ahora es trabajar», señaló. El doblete es un objetivo, sin duda, pero para Adrián no es primordial. «Para mí, la estrella es un reconocimiento; pero lo más importante es que un negocio funcione bien y asegurar que puedo dar de comer a las familias que dependen de él», remarcó. Dieciocho, en la actualidad. «Siempre he dicho que prefiero un restaurante lleno sin estrella que con estrellas, pero al final he logrado las dos cosas».
Adrián se deshace en elogios a la cocina de Ricard Camarena y se confiesa cliente asiduo a sus restaurantes. «Es toda una suerte para Valencia», subrayó. Y cita a Dacosta, a Kiko Moya, el Celler o Diverxo, como ejemplo de la gastronomía española con transcendencia. «Lo que se hace en España a nivel gastronómico es muy importante en todo el mundo», explicó. Lo suyo es trabajo, sacrificio, creer en lo que impulsa y pasión. Todo muy valenciano.
RECUERDA…
Se llaman Perfecte, Javier, Yelel, Adrián, César y Miguel. Son cocineros y los seis están derribando fronteras con su cocina. Cada uno a su manera y cada uno en un punto del planeta. De Tarsan i Jane en Seattle a Zarzo en Eindhoven; del Foc en Singapur a el Canalla Bistro de México… Seis historias con un denominador común:cazuelas que se llenan de raíces valencianas.